BRUÑIDO

El bruñido en cerámica es un método que consiste en pulir la superficie de la pieza hasta conseguir que esta brille sin recurrir a los esmaltes.

Antaño los alfareros utilizaban esta técnica cerámica porque no tenían otra opción de producir piezas de superficies lisas y brillantes, ya que no esistían los materiales químicos que se pueden encontrar hoy día y que forman parte de esmaltes y barnices.

Cuencos bruñidos Dureza Cuero Cerámica

Cuencos en barro marrón chamotado y bruñidos con piedra de jade.

Obra de Dureza de Cuero Cerámica

PARA QUÉ SIRVE EL BRUÑIDO CERÁMICO

 

La técnica del bruñido se utiliza para producir un notable y bonito efecto de brillo en las piezas cerámicas.

Debido a que cierra los poros, la superficie tendrá una mayor impermeabilización.

Con este método vamos a conseguir una muy buena suavidad en la cara exterior de nuestros trabajos y una textura más agradable al tacto.

Además nos ahorraremos el tener que emplear una capa de esmalte sobre nuestros trabajos.

¿CUÁNDO SE APLICA EL BRUÑIDO EN CERÁMICA?

 

Se recomienda emplear esta técnica cuando la pieza posee la llamada «dureza de cuero» (se le llama así ya que tiene el tacto del cuero suave). Este es un punto adecuado entre la pieza húmeda (que se puede deformar fácilmente) y la pieza seca (que es quebradiza). Hay que decir que se pueden bruñir las superficies en este estado seco, ahora bien , será adecuado humedecerlas para poder trabajarlas bien.

Ceramica bruñida del 3000 a.C.

Pieza bruñida de arte egipcio muy bien conservada (3000 a.C.)

Metropolitan Museum of Art

QUÉ HERRAMIENTAS SE UTILIZAN PARA BRUÑIR LA CERÁMICA

 

El bruñido es una técnica milenaria y no requiere de herramientas sofisticadas, se puede hacer sencillamente con las propias manos del ceramista y una piedra; también se pueden emplear madera, huesos, etc. Aunque siempre tenemos la opción de usar elementos industriales y maquinaria.

Las piedras para bruñir cerámica habrán de tener una superficie lisa adecuada, una piedra muy comúnmente utilizada es la piedra de ágata (que es también empleada con mucha frecuencia para lograr el brillo característico en el pan de oro), aunque hay ceramistas que utilizan simples piedras de río.

CÓMO BRUÑIR CERAMICA

 

La técnica del bruñido en cerámica no es muy compleja de ejecutar. Como decíamos, se puede realizar manualmente mediante una piedra que reúna las características adecuadas o utilizando maquinaria. Para lograr una superficie perfectamente bruñida, dicha superficie no deberá tener demasiados relieves, para que la piedra o el elemento que utilicemos para bruñir pueda llegar a toda ella, si no pudiéramos llegar a algunas zonas porque sean cóncavas, resaltarán por su mayor rugosidad.

Antes de empezar a bruñir es necesario contar con algo para humedecer la superficie como un trapo mojado en un recipiente con agua a la que también se le puede añadir aceite.

Habremos de mojar la pieza si la tenemos ya en un estado demasiado seco, para ello nos podemos ayudar con los dedos, extendiendo bien el agua por toda la superficie antes de empezar a utilizar la piedra. Esto nos ayudará a que sea más sencilla de pulir y rellenará las diminutas incisiones que puedan notarse.

El agua que sobra se puede diseminar con el trapo que tengamos para ello.

Esta fase de abrasión de la superficie ha de hacerse de un tirón, siempre teniendo la superficie húmeda, evitando que se noten zonas de intersección y de separación según vayamos trabajando. Para ello hay quien utiliza un patrón en espiral para que no se noten delimitaciones (por ejemplo, si estamos bruñendo un jarrón cerámico empezaremos por la parte de arriba, es decir el borde, e iremos bajando, haciendo una espiral hacia la base).

Lo de hacerse un tirón es porque una vez que se seca completamente la pieza, si volvemos a aplicar la herramienta con la que estamos trabajando, se van a notar marcas o ralladuras; por eso es importante que se haga de continuo y manteniendo la humedad necesaria en la superficie.

Pieza cerámica bruñida de Chloé Van der Mije

Pieza cerámica bruñida de Chloé Van der Mije

COCER LA CERÁMICA BRUÑIDA

 

Hay que tener en cuenta que cuando la pieza sale del horno, si se ha cocido a altas temperaturas, puede haber perdido ese brillo original que tenía antes de ser cocida. En los hornos de leña se conserva un poco más dicho brillo, pero hay que pensar también en el ahumado.

Con altas temperaturas nos referimos a más de mil grados, a partir de ahí se puede perder el brillo conseguido, por ello deberemos tener en cuenta este límite a la hora de elegir la arcilla base con la que vamos a realizar nuestro trabajo, es decir emplearemos aquella que no requiera una cocción por encima de esa temperatura.

Puedes ver aquí cómo se realiza esta técnica sobre diferentes piezas.